Para aquellos que no disfruten en sus casas de la MTV internacional, el nombre de Lauren Conrad no les sonará de nada, a menos que sean consumidores habituales de portales americanos de cotilleos; Lauren era la protagonista de un programa de televisión a medio camino entre realidad y ficción; Laguna Beach, lo que vendría a ser una vesión reality de The O.C, que tuvo tanto éxito que se convirtió en un spin off, The Hills, dónde ella y su modo de vida son los protagonistas en solitario. Y es que el show que la mantiene en la cima, y que ya va por su tercera temporada, es una especie de gran hermano en el que se narra su rutina diaria al frente de la redacción de Teen Vogue, cargo que ocupa realmente y que hizo desde el principio que las ventas de la revista aumentaran en términos reales el doble que el año anterior, ahí es nada.
Así que uno no sabe muy bien si es actriz, o no, pero lo que sí se fomenta en el programa a golpe de cámara es la amistad, el amor y el desamor, y Lauren, que compartía habitación con otra famosa de turno, Heidi Montag, partió peras con ella, no sabemos si fruto de un guión, y fue sustituida por un clon, pero esta vez moreno, Audrina Patridge, ambas pertenecientes también a la categoría de adolescentes famosas eventuales en Hollywood.
Por si no fuera suficiente, Lauren, decidió en 2007 meterse a diseñadora, y su línea, The Lauren Conrad Collection, desfila desde entonces en la Fashion Week de Los Angeles con abultado éxito.
A pesar de ser la más jóven de entre las trendsetters afincadas en la costa oeste, su estilo es bastante más “sofisticado” que el de Tisdales y compañía, su debilidad a la hora de vestir son los vestidos de cóctel, los looks más allá de lo informal son lu suyo, de todas las formas y colores, siempre suele lucir impecable un estilo muy ladylike con un toque California, no hay rastro en su armario del cien por cien newyorquino boho-hippie-chic;
es adicta a todas las siluetas; con vuelo rectas, lápiz; a los escotes palabra de honor, bañera, asimétricos o en uve; a los colores básicos como el negro, el blanco y el crudo, aunque no le hace ascos al color;
El rojo precisamente es uno de sus colores de calle, ya sea en vestidos,
Queda claro que el casual no se le da nada mal tampoco, los shorts tejanos le quedan fenomenal, idealmente emparejados con una tank top azul y sandalias de flecos,
y lo mejor de todo es que no tiene ninguna necesidad de llevar chándal para ir cómoda; sí a las sudaderas con jeans, vestido o pantalón,
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